Uno de los primeros libros que leí en mi juventud fue “Muerte en el Nilo”, de la escritora británica Agatha Christie. En sus páginas, el famoso inspector Poirot desentrañaba un crimen mientras exploraba un Egipto fascinante y enigmático, lleno de historia y arqueología. Desde aquel momento, Egipto quedó grabado en mi mente como un destino soñado.
Casi cincuenta años después, tuve la oportunidad de navegar por el río más largo del mundo, el majestuoso Nilo. Además, visité los templos y necrópolis del antiguo Egipto, una civilización que floreció a lo largo de este río vital. Siguiendo un recorrido similar al descrito en la novela, partimos del puerto de Asuán hacia Luxor, desembarcando en diversos puntos para conocer lo más representativo de su legado histórico.
Los atardeceres sobre el Nilo son mágicos. Desde la terraza del barco, se disfruta de la brisa fresca y una tranquilidad que invita a la contemplación y al relax. Cada momento parece diseñado para conectar con la majestuosidad del paisaje.
La vida a orillas del Nilo, sin embargo, es muy rural. Los campesinos trabajan sus cultivos y transportan agua con burros, escenas muy parecidas a los caseríos ribereños del río Magdalena en Colombia. La pobreza y el abandono estatal son evidentes en ambos escenarios.
Uno de los desafíos más intensos del viaje fue enfrentar la insistencia de los vendedores ambulantes. Habíamos sido advertidos: no responderles ni hacer contacto visual, porque cualquier gesto de interés abriría la puerta a una insistencia abrumadora. Sin embargo, para quienes crecimos con la calidez y educación propia de América Latina, ignorar a alguien se sentía imposible. Un simple “no, gracias” era suficiente para desencadenar un torrente de ofertas. La situación se volvía especialmente desgarradora cuando los niños trataban de vender cualquier cosita; guardar silencio ante ellos era muy duro emocionalmente.
Mucho se ha escrito sobre la civilización egipcia, pero no hay mejor manera de rendirle tributo que visitando sus lugares sagrados. Por eso, mi consejo es simple: lee, investiga y planifica tu propio crucero por el Nilo. Egipto, con toda su historia y magia, te espera para una aventura inolvidable.