Siguiendo mi pasión por el todo terreno y exploración de la naturaleza llegue a Moab, Utah, en busca de un Jeep de alquiler. Hay mucha oferta de estos vehículos en la zona y en unos pocos minutos tenía en mis manos un Jeep Wrangler Sport de 2 puertas con un kit de suspensión de 2.5 pulgadas y llantas de 33 pulgadas de altura, suficiente para hacer recorridos de moderada dificultad. Es posible conseguir vehículos con mejor preparación, pero para mi travesía, este Jeep Wrangler seria más que suficiente.
Moab es una pequeña ciudad del estado de Utah en los Estados Unidos y es un paraíso para las personas amantes del 4×4 y otras actividades al aire libre como el rafting, hiking, ciclo montañismo y escalada en roca. Además Moab es la cuna del rockcrawling, el 4×4 en rocas de extrema dificultad y que definitivamente es algo que hay que probar por lo menos una vez en la vida.
En esta ocasión viajaba solo y buscaba caminos de moderada dificultad para conocer mejor el área y familiarizarme con el terreno. En los alrededores de Moab se encuentran tres grandes parques nacionales que contienen miles de millas de caminos para practicar el todo terreno y aunque los parques están muy cerca entre sí, cada uno tiene sus atributos únicos.
Después de mirar los mapas y pedir recomendaciones a los lugareños, me decidí por iniciar mi recorrido por el camino Schaefer. Esta trocha desciende serpenteando desde uno de los puntos más altos del Parque Nacional Canyonlands a un valle creado por el rio Colorado, en el camino se encuentran varios desvíos a puntos de interés dentro del parque y paradas para apreciar el paisaje.
Para iniciar mi recorrido a lo largo del Shaefer tenía que llegar primero a la oficina del parque y para amenizar mi llegada hasta allí opté por tomar la trocha Gemini Bridges, un recorrido fácil con paradas escénicas, pero que puede convertirse en una travesía 4×4 extrema si se toma la variante Metal Masher, uno de los pasos más extremos en los alrededores de Moab.
Después de un par de horas de exploración a través de los valles de Gemini Bridges llegué a la oficina del parque donde por 10 dólares me dieron acceso por una semana. Desde allí los paisajes eran cada vez más impresionantes y la inmensidad del terreno se hacía más evidente.
Al inicio del Shaefer la trocha se hace más estrecha y los abismos a lado de la vía mas profundos, delante de mí un Toyota FJ Cruiser se tomaba su tiempo en cada curva y con algo de lentitud lo vi llegar al fondo del valle. Accionando el bajo del Jeep empecé mi descenso aprovechando al máximo el freno motor y aplicando los frenos solo en las curvas más cerradas. En el fondo del valle se veía el camino como un pequeño hilo y al cabo de unos 20 minutos llegue a tierras más planas.
Una vez en el valle encontré un buen lugar con vista al rio Colorado para disfrutar de un relajado almuerzo. El alquiler del Jeep incluía una cava llena de hielo y algo de agua, pero antes de iniciar mi travesía tuve la precaución de complementar con algo de pan, jamón, queso y jugo de manzana para mi almuerzo.
Desde el camino Schaefer también se accede a otros caminos de extrema dificultad como Moab Rim y Poison Spyder, pero el propósito de mi recorrido no era meterme sin compañía en los caminos extremos, sino explorar esta vasta tierra de cañones creados por la fuerza de la naturaleza, así que decidí visitar el arco Musselman que estaba muy cerca del lugar de mi parada de almuerzo. La experiencia valió la pena, pero todo lo bueno tiene un final y pronto tenía que volver a la ciudad de Moab a devolver mi compañero de aventura, el Jeep Wrangler que me había llevado a recorrer estas tierras.
Articulo publicado originalmente en la revista digital Expedición 4×4 el 15 de Marzo de 2011.